El Armario o el Closet LGBTQIA+
“Muchas veces la no identificación pública como LGBTQIA+ puede responder a una forma de resistir esa compulsión de confesionario a la que la norma del armario obliga a las personas LGBTQIA+”.
Alas Tensas, gracias a la colaboración de Yarlenis Malfrán, y de otras académicas feministas comparte su Glosario feminista vivo, que busca hacer accesibles a un amplio público conceptos y nociones feministas decoloniales, “sin renunciar al rigor necesario que ayuda a ponderar las varias aristas de un asunto”. En esta oportunidad le compartimos una reflexión sobre el armario o el closet LGBTQIA+ y los mecanismos reguladores que pueden contener.
La norma del armario
Eve Kosofsky Sedgwick, feminista estadounidense, investigó y acuñó un conjunto de reflexiones bajo la noción de “epistemología del armario”. Al considerar el papel del armario, Sedgwick enfatiza que el mismo actúa como un dispositivo que intenta disciplinar a las personas LGBTQIA+, por medio de reglas, restricciones e incitación de miedo, produciendo así limitaciones en lo que respecta a la privacidad y/o divulgación de su vida íntimo sexual.
A diferencia del uso común del término, Sedgwick demuestra que el armario va mucho más allá de una simple división entre quien está dentro y quien está fuera del armario, pues tal decisión está condicionada por los contextos socioeconómicos, políticos y sus complejidades.
Las personas LGBTQIA+ pueden vivir una constante actualización de la norma del armario, delante de diversas situaciones tales como conocer nuevos amigos, conseguir un nuevo trabajo, mudarse a otro país, etc. Es decir, una persona puede ser abiertamente LGBTQIA+ en determinados contextos o vínculos, y verse obligada a mantener en secreto su identidad sexual disidente en otros.
Ello no hace de esa persona ni un hipócrita ni un cobarde, ni una persona menos comprometida con las causas LGBTQIA+, sobre todo, si tenemos en cuenta que la norma del armario se sirve de un conjunto de amenazas tales como retirar el apoyo económico y emocional a quien se asuma abiertamente.
Los mecanismos reguladores del armario
Así, las personas LGBTQIA también pueden hacer usos estratégicos para subvertir los efectos de este dispositivo de control. Muchas veces la no identificación pública como LGBTQIA+ puede responder a una forma de resistir esa compulsión de confesionario a la que la norma del armario obliga a las personas LGBTQIA+.
«No cabe a nadie más que a las propias personas implicadas, decidir si comunican, cuándo y cómo, aspectos relativos a su sexualidad e identidades de género«.
En no pocas ocasiones, personas homofóbicas y también algunas supuestamente aliadas y hasta del propio movimiento LGBTQIA+, sienten placer en exponer la sexualidad de personas heterodisidentes; en contra de la voluntad de estas. Otras veces, cuando las personas LGBTQIA+ hacen uso de su prerrogativa de autoenunciarse, sufren numerosas presiones para moldear la expresión de su sexualidad a los convencionalismos sociales: “puedes ser gay, pero por favor, puedes ser más discreto y no dar tanta pinta”.
Al final, este tipo de regulaciones post autodeclaración hacen parte de los mecanismos reguladores del armario. No cabe a nadie más que a las propias personas implicadas, decidir si comunican, cuándo y cómo, aspectos relativos a su sexualidad e identidades de género.
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