Feminicidios en Cuba

Infografía | Cuba: 14 feminicidios documentados en el último cuatrimestre de 2025

En el cuatrimestre comprendido entre el 1 de septiembre y el 19 de diciembre de 2025, los observatorios independientes de Alas Tensas (OGAT) y Yo Sí te Creo en Cuba (YSTCC) documentaron 14 feminicidios. Noviembre fue el mes de mayor incidencia, con 5 casos, mientras que en septiembre, octubre y diciembre se registraron 3 en cada mes.

La provincia con más casos fue La Habana (4), seguida por Mayabeque y Matanzas (2 en cada una). En total, se verificaron feminicidios en 9 de las 15 provincias del país.

Este periodo dejó 18 menores de edad huérfanos, una cifra que confirma el impacto devastador del feminicidio en la vida familiar, comunitaria, económica y emocional. En dos de los casos, los agresores tenían antecedentes de violencia machista. Entre los hechos verificados, destaca el feminicidio de Rosa Idania Ferrer Pérez (46 años), enfermera, asesinada el 30 de noviembre de 2025 en su residencia en el batey Elpidio Gómez (Palmira, Cienfuegos). Su pareja, Arisbel Suárez (“Felipillo”), fue señalado como el feminicida. Según familiares y vecinos, ejerció violencia contra Rosa Idania durante años, sin que ella contara con un respaldo institucional para protegerse y salir del ciclo de violencia.

En este reel compartimos un análisis de OGAT del último cuatrimestre del año 2025: documentar estos crímenes es una forma de exponer la violencia hacia las mujeres y las niñas y la desprotección en la que viven tantas mujeres en Cuba producto de la falta de voluntad política del régimen y la criminalización sistemática que ejerce contra organizaciones de la sociedad civil que intentan trabajar estos temas.

Feminicidios en Cuba

En 2025, y gracias al esfuerzo conjunto se han documentado 45 feminicidios, desde enero hasta el 19 de diciembre. Es importante subrayar que estos datos constituyen un subregistro. La labor de los observatorios independientes —y, en general, de la sociedad civil— se realiza en un contexto de criminalización, censura y vigilancia, lo que limita severamente la documentación.

Además, no existen registros públicos transparentes y actualizados en tiempo real que permitan contrastar información, ni hay reportes oficiales disponibles sobre las víctimas y las circunstancias de los hechos. Tampoco se tiene acceso a informes médicos, expedientes policiales o datos forenses que permitan corroborar causas de muerte, líneas investigativas o actuaciones institucionales.

A ello se suma que familiares y allegados pueden enfrentar presiones o amenazas para que no hablen con medios u organizaciones independientes, lo que reduce aún más la posibilidad de seguimiento público. Finalmente, numerosos casos no trascienden en redes sociales o no llegan a los canales de denuncia y verificación de los observatorios independientes, ya sea por miedo, falta de conectividad o desconfianza, lo que profundiza el subregistro.

Autor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

TOP